Nina
Nina vivía en una casa de una zona rural de Quito donde la tenían amarrada del cuello a un árbol. Gracias a una chica que realizaba la rural de medicina, pudo ser rescatada y el señor que la tenía la entregó a ella y a dos gatos más que tenía. El estado de Nina era bastante deplorable, tenía desnutrición severa, anemia, le faltaba pelo en varias partes del cuerpo, tenía lastimado el cuello por la soga y tenía rotos los dientes, increíblemente es de las gatas más sociables y amorosas que existen. Quiere el cariño de todos, es muy pequeña de tamaño, le gusta que la tengan en brazo, jugar y que le rasquen su cabeza. Se la entrega vacunada y esterilizada.